FUE UNO DE ESOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS QUE HAN MARCADO LA
HISTORIA DE LA PALEOANTROPOLOGÍA Y DE LA HUMANIDAD
El anuncio del hallazgo de unos extraños restos en abril de
1964 revolucionó el campo de la evolución humana y generó preguntas que se
mantienen hoy en día
Se llamó Homo habilis. Según explica el paleontólogo Bernad
Wood, de la Universidad George Washington, en un comentario en la revista
Nature, el descubrimiento cambió la búsqueda de los primeros seres humanos
desde Asia a África e inició una polémica que perdura hasta nuestros días.
Según explica, incluso con toda la evidencia fósil y las técnicas de análisis
de los últimos 50 años, una hipótesis convincente para el origen del Homo sigue
siendo difícil de alcanzar.
En 1960, la rama del árbol de la vida que contiene a los
homínidos -los seres humanos modernos, sus antepasados y primates como los
chimpancés y los bonobos- parecía sencilla. En su base estaba el
Australopithecus, el hombre-mono que los paleoantropólogos han recuperado en el
África austral desde 1920. Después llegó de Asia el Homo erectus, que se
extendió a Europa y evolucionó en los neandertales y el Homo sapiens. Pero no
quedaba claro qué había entre los australopitecos y el Homo erectus, el primer
humano conocido.
Hasta la década de los 60, restos del erectus solo habían
aparecido en Asia. Pero cuando Leakey encontró unas primitivas herramientas de
piedra en la Garganta de Olduvai, en Tanzania, pensó que tal vez los primeros
humanos se originaron en África.
Wood explica que hallar al Homo habilis fue toda una odisea.
Las excavaciones en Olduvai empezaron 33 años antes del anuncio del hallazgo,
en 1931, y el equipo tuvo que enfrentarse a todo tipo de dificultades
naturales, incluidos los leones. Primero encontraron dos dientes de homínidos,
pero eran de leche y difíciles de clasificar. Pero en el 59,Mary Leakey
recuperó el cráneo de un adulto joven. El espécimen era muy extraño: cerebro
pequeño, cara grande , dientes diminutos… Aparentemente, nada que ver con el H.
erectus. Los Leakey erigieron un nuevo género y especie, el Zinjanthropus
boisei (ahora llamado Paranthropus boisei), para darle cabida.
En 1960, apareció la mandíbula inferior y la parte superior
de la cabeza infantil de un homínido que definitivamente no pertenecía a la
misma especie que «Zinj», y los Leakey comenzaron a sospechar que era un
verdadero fabricante de herramientas. Tres años más tarde apareció un cráneo
con la mandíbula superior e inferior y otro muy fragmentado, con dientes bien
conservados.
Todavía una incógnita
Los investigadores que analizaron los restos llegaron a la
conclusión de que se trataba de un nuevo homo, el Homo habilis. Y era un homo
porque cumplía con los requisitos de una postura erguida, una marcha bípeda y
la destreza con herramientas primitivas. Aunque su cerebro, ciertamente, era
más pequeño (alrededor de 600 centímetros cúbicos).
Como recuerda Bernard Wood, la propuesta no fue recibida con
los brazos abiertos por todo el mundo. Algunos pensaban que los fósiles eran
demasiado similares al Australopithecus africanus para justificar una nueva
especie. Otros investigadores admitieron que la especie era nueva. Hallazgos
posteriores de Etiopía a Sudáfrica han añadido nuevos restos a la colección.
A juicio del investigador, el Homo habilis reúne unas
características que no le sitúan ni en la familia de los australopitecinos ni
en la de los humanos, y debe tener su propio género.
«El debate en curso acerca de los orígenes de nuestro género
es parte del legado del Homo habilis. Desde mi punto de vista, la especie es
demasiado diferente al Homo erectus como para ser su antecesor inmediato, por
lo que un modelo simple y lineal que explica esta etapa de la evolución humana
se ve cada vez menos probable. Nuestros ancestros probablemente evolucionaron
en África, pero el lugar de nacimiento de nuestro género podría estar muy lejos
del Gran Valle del Rift, donde se ha encontrado la mayor parte de la evidencia
fósil. Los descubrimientos icónicos de los Leakey en Olduvai deberían
recordarnos lo mucho que desconocemos en lugar de todo lo que sabemos»,
concluye el investigador.
Fuente http://arqueologia-paleoramaenred.blogspot.com.es/2014/04/homo-habilis-un-enigma-50-anos-despues.html


