La fusión del hombre con la máquina es una de las fantasías
más emblemáticas del pensamiento post-industrial. La posibilidad de hacer uno
de ambos y de esta manera obtener una tercera entidad con lo mejor de las dos
naturalezas. La eficiencia, la operatividad, la rapidez para realizar ciertas
tareas son algunos de los objetivos que se buscaban con la promesa, por otro
lado, de un grado inédito de liberación. En su Elogio a la ociosidad, por
ejemplo, Bertrand Russell explora la posibilidad de que las máquinas nos
permitieran trabajar menos tiempo para, por fin, dedicarnos a otras cosas.
En años recientes, esta idea ha tomado la forma del
“transhumanismo”, un concepto nacido a la luz del vertiginoso desarrollo
científico y tecnológico que hipotéticamente en primera instancia pero cada vez
con más visos de realidad, ha planteado escenarios en los que la especie humana
puede conseguir estados como la inmortalidad, el fin del sufrimiento, la
erradicación total de enfermedades, la resolución dialéctica de la dualidad cuerpo/mente
y otras circunstancias que desde distintas perspectivas se han convertido en
interrogantes sobre nuestro destino como seres en este mundo. El paraíso
reinstalado en este mundo por la vía de la digitalización y la cibernética.
Los transhumanistas sostienen que los enormes beneficios de
la tecnología serán capaces de sobreponerse a sus peligros. Liderados por Ray
Kurzweil y el fuerte apoyo económico de corporaciones de la industria
tecnológica como Google, el ideal, en el papel, es la creación de un agente
moral que se auto-mejore, una Inteligencia Artificial amigable; en términos
estrictamente lógicos, parece que el único lugar posible para construir la
Utopía es el ciberespacio.
Una de las vertientes más promisorias de esta tendencia es
que, desde cierta arista, se trata de un examen profundo y riguroso de la
naturaleza humana, de sus posibilidades y su potencial, de esas flaquezas que,
apuntaladas, pueden convertirse en virtudes, virar en fortaleza.
Como en la idea del superhombre nietzscheano, el transhumano
puede convertirse en ese ser que hurgó tanto en su interior que por fin se
encontró a sí mismo.
Siguiendo con esta posible alianza que en un futuro podría
culminar con la fusión del hombre y la máquina, la carrera Unbreakable, a
celeberarse el 8 y 9 de febrero en la Ciudad de México (La Marquesa) explora
las aristas de esta sociedad con un reto notable que ofrece interesantes
incentivos.
POR: PIJAMASURF - 24/01/2014 A LAS 12:01:08
Fuente: http://pijamasurf.com/2014/01/la-fantasia-del-hombre-maquina-en-la-era-del-transhumanismo-una-solucion-para-superar-nuestros-limites-como-especie/
